martes, 17 de noviembre de 2015

El urbanismo en la encrucijada

Detalle del Plan Cerdá

Desde la creación, a mediados del XIX, de un tipo de planificación que fue capaz de dar cumplida respuesta a los problemas y retos de la ciudad de entonces, de la ciudad burguesa, hemos llegado, en nuestros días y después de múltiples peripecias, a un punto de no retorno de un modelo, el del urbanismo español, que si bien ha funcionado (a trancas y barrancas, todo hay que decirlo) durante casi dos siglos, hoy día ya no es capaz de ofrecer respuestas coherentes a la amplía panoplia de problemas planteados.

La solución no parece estar ni en las rigideces a las que aboga una excesiva preponderancia de lo jurídico ni tampoco en convertir la ciudad en mero escenario de oportunidades económicas para administrados o administradores, tal y como hoy ocurre.

Entre esos dos extremos (el del urbanismo formalista y el del urbanismo como negocio), se mueven hoy las propuestas de la propia disciplina, una disciplina incapaz de plantear otras cosas que no sean nuevas vueltas de rosca a un modelo ya periclitado.

Puede que la solución si la hubiera no esté en el debate ni en la reflexión pero sin debate ni reflexión, no hay solución posible.

Esa es la cuestión.

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